En el mundo de los juguetes sexuales, dos nombres reinan en popularidad: los dildos y los vibradores. Aunque muchos los confunden y los usan como sinónimos, la verdad es que tienen diferencias clave que vale la pena conocer, especialmente si estás buscando intensificar tu placer o probar nuevas experiencias.
¿Qué es un dildo?
Un dildo es un juguete sexual con forma fálica, creado principalmente para la penetración vaginal o anal. Su diseño puede imitar fielmente un pene, con detalles como venas, glande e incluso testículos. Muchos modelos realistas están moldeados a partir de genitales reales (sí, de actores porno incluidos 😏).
Los dildos no vibran por sí solos (aunque existen versiones que combinan ambas funciones). El placer con un dildo proviene de su forma, textura y movimiento, y puedes usarlos con las manos o montarlos.
Suelen estar fabricados con materiales como silicona, vidrio, acero inoxidable, plástico o gelatina. En Artemisa, te recomendamos explorar nuestra colección de dildos realistas de silicona médica, perfectos para quienes buscan una sensación intensa y auténtica.
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Qué es un vibrador?
Un vibrador también puede tener forma de falo, pero lo que lo diferencia es que vibra. Su objetivo no es solo la penetración, sino provocar estímulos intensos y variados gracias a sus diferentes modos e intensidades.
Existen vibradores para todos los gustos y zonas del cuerpo:
- Vibradores de punto G: Curvos y precisos para alcanzar esa zona tan sensible.
- Vibradores de clítoris: Pequeños, potentes y perfectos para juegos externos.
- Vibradores tipo conejo: Combinan la penetración con estimulación del clítoris gracias a sus dos brazos.
- Succionadores de clítoris: Como el famoso Satisfyer Perú, utilizan pulsos de aire para estimular sin contacto directo.
¿Quieres sentir más en menos tiempo? Prueba los vibradores recargables con control remoto, ideales para juegos a solas o en pareja.
¿Cuál es la diferencia entre un dildo y un vibrador?
Característica | Dildo | Vibrador |
---|---|---|
Función principal | Penetración | Estimulación por vibración (interna y/o externa) |
Vibración | No vibra (salvo modelos mixtos) | Sí vibra, con distintos niveles e intensidades |
Diseño | Generalmente fálico y realista | Puede tener forma fálica o abstracta |
Materiales comunes | Silicona, vidrio, acero, gelatina, plástico | Silicona, ABS, materiales suaves y vibratorios |
Modo de uso | Manual, con o sin arnés | Manual o con control (algunos son recargables o con app) |
Estilo de estimulación | Física (presión, profundidad) | Vibratoria (pulsos, ondas, succión) |
Ideal para… | Penetración vaginal o anal | Estimulación del clítoris, punto G, pezones, próstata |
Sonido | Totalmente silencioso | Puede emitir zumbidos dependiendo del motor |
Nivel de intensidad | Depende del ritmo que le imprimas | Regulable según los modos del vibrador |
¿Entonces cuál es la diferencia clave?
📌 El dildo está diseñado para penetrar. 📌 El vibrador está diseñado para vibrar (aunque también puede penetrar).
Un dildo es ideal si buscas una sensación más «natural» o quieres experimentar con la profundidad. En cambio, un vibrador te ofrece una estimulación más intensa y localizada, perfecta para llegar al clímax rápidamente o jugar con distintas sensaciones.
Y sí, existen juguetes que combinan ambos mundos: los dildos vibradores. Pero si eres purista del movimiento manual o fan de los orgasmos por vibración, saber diferenciarlos te ayudará a elegir mejor.
¿Y cuál deberías elegir?
Depende de lo que estés buscando:
- Si quieres penetración profunda, sin sonidos, y controlar tú el ritmo, empieza con un buen dildo.
- Si lo tuyo es el placer más intenso, vibrante y versátil, dale una oportunidad a un vibrador.
- ¿Ambos? Claro que sí. Los juguetes no son excluyentes y pueden ser tus mejores aliados en solitario o en pareja.
El dato curioso que no sabías…
El dildo es el juguete sexual más antiguo del mundo. El más antiguo conocido fue hallado en Alemania, tiene 28.000 años y estaba hecho de piedra, madera y hasta excremento de camello (¡gracias, evolución!). Hoy, por suerte, tenemos opciones mucho más placenteras… y limpias.